Para la agenda feminista todos los días son de lucha, cuestionamiento y aprendizaje en los espacios cotidianos. Sin embargo, hay ciertos momentos en los que se vuelve más claro que no estamos solas; cuando la lucha se mueve y sitúa específicamente en el ámbito público para estar a la vista de la gente, para gritar y accionar donde más personas escuchen y vean. Uno de estos momentos es el 28 de septiembre de cada año (28S), en el Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro, cuando se reúnen mujeres en distintas partes del país y de Latinoamérica para demandar acceso a servicios dignos de salud para la interrupción legal del embarazo.
Dentro de la manifestación, los pañuelos verdes en las manos, cuello o cara son el distintivo. Se despliegan por la calle de diferentes ciudades mujeres que conforman la «Marea Verde», movimiento transnacional y pro aborto surgido en Latinoamérica formado por jóvenes, madres, mujeres mayores, de la centralidad en su mayoría pero también de las periferias; unidas por una causa común: la búsqueda del derecho y la libertad para decidir.
La diversidad de mujeres que conforman la marea corresponde con la diversidad de formas de manifestación que conforman el movimiento. Están las que caminan y toman de la mano, las que gritan y levantan pancartas, las que accionan, las que acompañan, las que cantan; las que nunca dicen su nombre, pero asesoran en la clandestinidad.
Otra de estas fechas, probablemente la más conocida, es el Día de la Mujer el 8 de marzo (8M), o el 25 de noviembre (25N), Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra la Mujer.
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Autodeterminación
En un país en el que la mayoría de los estados criminaliza la interrupción del embarazo, el 28S es una fecha en que la que las consignas hacen referencia a la libertad de decisión sobre los cuerpos, a la autodeterminación no sólo para una sino para todas. Yendo en contra de un Estado que sigue legislando sobre los cuerpos de las mujeres, se demandan soluciones reales que atiendan de manera interseccional un problema atravesado por numerosos factores.
El 28S se ha proclamado como un día para este eje de la lucha feminista en particular, para centrarse en el derecho a decidir de manera autónoma, buscando comprender la diversidad de realidades que atraviesan todas las mujeres y proponiendo medidas en todos los frentes posibles. Se demanda, como última instancia, aborto legal para no morir, pero también educación sexual integral para decidir, anticonceptivos para no abortar y acceso general a información de manera horizontal.
Días como éste, además del 8M o el 25N, no sólo sirven para recordar ejes centrales en la lucha por los derechos y la liberación de las mujeres, sino también para mostrarle a los ojos del mundo que cada día somos más, que no estamos solas y que la marea va en aumento, no se detiene.