¿Sabes qué tan buenos son realmente los alimentos que llegan a tu mesa?

La comida es una necesidad básica que todos los días debemos asegurar. En ese sentido, no siempre nos percatamos de lo que nos estamos llevando a la boca. Pareciera que solo vemos el aspecto de los productos alimenticios. Un jitomate, una calabaza y un pepino, en apariencia, pueden verse bien, ya que tiene un color y tamaño ideal. Pero, ¿realmente es un vegetal saludable? 

Desde siempre la recomendación para conservar la buena salud es: “come frutas y verduras”. Nos lo dice nuestro médico. Lo dice el nutriólogo. Nos lo dice nuestra madre. Sin embargo, hoy en día realmente debemos conocer el origen de los alimentos que llegan a nuestra mesa para considerarlos —o no— de buena calidad y confiables para comer.

En estos tiempos, hasta comer frutas y verduras puede ser un riesgo para el cuerpo; ya muchos de estos vegetales no son realmente saludables por la manera en que son cultivados. Como se menciona en este estudio de Greenpeace: “La población general está expuesta a un cóctel de plaguicidas a través de la comida que consumimos a diario.” 

Y ¿qué son los plaguicidas? Según la FAO:

cualquier sustancia o mezcla de sustancias destinadas a prevenir, destruir o controlar cualquier plaga, las especies no deseadas de plantas o animales que causan perjuicio o que interfieren de cualquier otra forma en la producción, elaboración, almacenamiento, transporte o comercialización de alimentos, productos agrícolas.”

En este sentido, es esencial saber qué son los agroquímicos y cómo van siendo utilizados en las diferentes etapas de la producción, almacenamiento y hasta el transporte de los cultivos. Tarde o temprano, estos alimentos llegarán a nuestras mesas y, por consiguiente, a nuestros cuerpos.

¿Cómo ocurrió esto? 

En las comunidades de Yucatán, por ejemplo, algunos campesinos mayores cuentan que antes no usaban agroquímicos y que, cuando estos llegaron a los ejidos, no los empleaban por lo que se echaban a perder en las bodegas.

Posteriormente, los gobiernos mandaron a los técnicos a mostrar cómo aplicarlos. Fue entonces que los campesinos adoptaron el uso de estos pesticidas. Su uso se ha naturalizado tanto, que, hoy en día, muchos campesinos dependen de ellos para producir sus alimentos. 

Por su parte, otros jornaleros agrícolas de las industrias alimentarias en Yucatán cuentan que en un día pueden aplicar hasta 1,200 litros de herbicidas. Estas sustancias son tóxicas, no solo para quienes las consumen, también para quien las aplica. Así lo relatan compañeros campesinos de las comunidades del estado.

Aún así, vemos que a través de las autoridades ejidales, se dispersan los agro-tóxicos que antes no eran requeridos en las comunidades para la producción del campo.

Este es uno de los apoyos que se viene dando a las y los campesinos por el programa “Peso a peso” de la Secretaría de Desarrollo Rural de Yucatán, que, si bien apoya con un 50% de descuento para la adquisición de estas sustancias sintéticas, no les quita el riesgo a los efectos adversos que trae a su salud a largo plazo. 

Como se señala en el estudio de Greenpeace: 

el uso particular de plaguicidas sintéticos, está minando la salud de los agricultores y sus familias, así como de la población en general.”

¿Por qué parece necesario el uso de tantos agroquímicos en la producción de cultivos?

En nuestro tiempo, los alimentos que consumimos ya no van del campo a la mesa. Generalmente vienen de la industria; de granjas en donde, generalmente, se busca la producción al máximo. 

Esta sobre-producción es muy problemática; porque los insectos considerados “peste” se vuelven resistentes a los agro-tóxicos. Esta resistencia, obliga a los campesinos a utilizar cada vez más pesticidas; volviéndolos dependientes. 

Es importante que consideremos que los pesticidas no solo destruyen a las “plagas”. También matan a muchos animales, insectos y a una gran cantidad de microorganismos que habitan en el suelo. Estos microorganismos, por cierto, son los encargados de que los cultivos puedan absorber los nutrientes y minerales que viven en la tierra.

Y eso no es todo: el uso de pesticidas contamina el agua, el suelo, el aire y nuestros alimentos.

Pero ¿sabías que hay otras formas de producir alimentos?

La solución para el cultivo de alimentos sanos es la agricultura ecológica. Según Iberf Agroformación, se trata de un sistema de explotación agrícola en el que no está permitido el uso de sustancias químicas. 

Lo más importante es que este tipo de agricultura es muy respetuosa con el medio ambiente y con la salud de los consumidores. Al no estar expuesta a los agroquímicos, los productos ecológicos tienen una mayor concentración de antioxidantes y compuestos anti-cancerígenos.

Por otro lado, la agroecología también utiliza técnicas que aprovechan los recursos con los que se cuentan en la comunidad que siembra; muchas veces replicando las estrategias tradicionales que empleaban los abuelos campesinos para producir sus alimentos.

Además, la agricultura ecológica, busca el rescate de semillas nativas, que son las que están realmente adaptadas al clima y suelo de la región; por lo que tienden a sobrevivir a las plagas y enfermedades. 

Algunas técnicas destacables de la agricultura ecológica

 

  1. Control de plagas y enfermedades por medio de trampas a insectos no deseados; salvaguardando a los insectos que nos ayudan a polinizar y mantener el equilibrio de nuestros cultivos.
  2. Fertilización foliar y de suelos: se trata de alimentar a las plantas o cultivos con abonos orgánicos que sirven para nutrir, recuperar y reactivar la vida del suelo. 
  3. Rotación de cultivos. Esto es que, en cada temporada, se siembren diferentes cultivos con la finalidad de que las plantas absorban distintos nutrientes del suelo. 
  4. Diversidad de cultivos. Se trata de sembrar múltiples cultivos, buscando que entre ellos se asocien y se nutran entre sí (como en la milpa).

La agricultura ecológica es una esperanza más para la vida

Hay que considerar que la agricultura ecológica —una vez que la conoces y la adoptas— es una forma de vida; pues se trata de hacer un compromiso con la manera de producir, evitando todo tipo de contaminantes en el ambiente. La agricultura ecológica es también una forma de resistencia.

Esta práctica nos ayuda a garantizar la salud y soberanía alimentaria, pues no se trata simplemente de comer, sino de alimentarse con cultivos no dañinos para tu salud, ni de las otras formas de vida involucradas en hacer llegar ese fruto a tu mesa.

¿Cómo puedes ayudar?

Lo más importante es que participes en la producción de tus alimentos, aprovechando los espacios que tienes en tu hogar y evitando el uso de cualquier agroquímico.

Por otro lado, también puedes preferir siempre consumir cultivos ecológicos, incentivando la producción de quienes aplican estas técnicas en el campo. Además, es importante que no regatees el costo de estos alimentos, pues su producción es compleja y requiere de mucho tiempo, esfuerzo y cuidado.

Recuerda que cuando compras a los agricultores ecológicos estás protegiendo tu salud y la de tu familia.

Referencias:
Artículo 2° del Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas (Organización de las naciones unidas para la Alimentación y le Agricultura-FAO, 1990)
Manual de agricultura orgánica. Cuidado y conservación del medio ambiente. Centro de estudios Ecuménicos A.C.- CEE Yosemite núm .45. Col. Nápoles, Del. Benito Juárez, C.P. 03810 México D.F. INDESOL. Instituto Nacional de Desarrollo Social.
Los plaguicidas y nuestra salud: una preocupación creciente, publicado en Greenpeace, 2015.
Portal de la Escuela de Agricultura Ecológica U Yits Ka’an
Sobre la autora: Esther Noemí Tuz Canté, mujer maya peninsular nacida en Peto Yucatán México donde adquirió educación hasta el medio superior, concluyo sus estudios de licenciatura en Turismo. Realizó prácticas profesionales en la secretaria de ecología actualmente SEDUMA (Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente). Miembro de la organización civil Ecomunnis A.C. Integrante del consejo de la radio XEPET “La voz de los Mayas” desde 2010. – En dicha radio colaboró como locutora del programa de radio: “Tierra, planeta de todos”, transmitido de 2013- 2015. Egresada y colaboradora de la escuela de agricultura ecológica de Uyits Ka’an, en la subsede Peto “U´Najil Xook Jo’o Lú’um” Escuela Sobre El Altillo. Desde 2009, en donde actualmente funge coordinadora. Miembro del consejo de la SEMARNAT del núcleo Yucatán del periodo 2014-2016. Egresada del Programa de Liderazgo 2012-2013 de la Fundación W.K. Kellogg. Egresada de la Maestría en Gestión de Desarrollo Rural en la Universidad Autónoma Chapingo. Actualmente colabora en el programa Sembrando Vida como Técnico Social.

*Imágenes: Noemí Tuz Canté, excepto imagen destacada de Pexels/CC

Este contenido fue producido durante el taller “Redacción para plataformas digitales”, gestionado por Evidencia Estudio y financiado por Climate And Land Use Alliance como parte del proyecto “Comunicación y Territorio”. La iniciativa surge para ofrecer estrategias y herramientas que mejoran la labor de diversos comunicadores emergentes en temas de defensa del territorio, medio ambiente, identidad y género de la Península de Yucatán.