Las personas somos necias e insistimos en planear las cosas, ignorando que es muy probable que estas no salgan como esperamos, ya sea por culpa de algo, o peor aún, de alguien. Esas vacaciones, yo fui ese alguien.

Desde antes de que abordáramos el avión, Monse y Lorenzo me contaron que esperaban estrenar el papalote que habían comprado un año atrás en la mejor tienda de juguetes de Estados Unidos. Me platicaron cómo lo habían escogido, cuánto había costado. Que les había tomado horas convencer a sus padres de que lo compraran, lo que habían prometido a cambio. Y finalmente se presentaba la ocasión de echarlo a volar. Por sus palabras entendí cómo imaginaban el momento y compartí su entusiasmo. Imposible imaginar una escena más distinta de la realidad citadina de la que nos alejábamos: un papalote surcando el cielo, sobre el mar. Qué lujo. 

Fuimos a varias playas, esperando encontrar el momento ideal para la presentación en sociedad del cometa que había costado en dólares. Finalmente, dos días antes de volver, se presentó la ocasión. El viento soplaba fuerte en una playa casi libre de turistas, aparte de nosotros. El atardecer se acercaba; la situación era inmejorable. 

Monse sacó el papalote del empaque. Todos nos metimos al mar unos metros, anticipando el momento de dejarlo volar. Lorenzo contó hasta tres antes de soltarlo y todos sonreímos mientras lo veíamos elevarse sobre nuestras cabezas y erguirse orgulloso contra el fondo azul y rojizo. Lo observamos en silencio. El carrete fue pasando de mano en mano hasta que llegó mi turno. Distraída, no me di cuenta de que el viento era un rival formidable para mi escasa fuerza física. No sostuve el carrete con la firmeza que debía y temí verme arrastrada por el agua, al grado que hice lo impensable: lo solté. 

Entre todos calculamos que debe haberle tomado 45 minutos cruzar el Mar de Cortés y tocar tierra en Sinaloa.

«Lazos» de Regina Garduño Niño es una antología de cuentos inspirados en la vida cotidiana y las extraordinarias cosas que allí florecen. Sigue la publicación de las sutiles y encantadoras historias que conforman «Lazos» en El Blog de Evidencia Estudio.